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Tiña en gatos: comportamiento y consideraciones de manejo

tiña en gatos

La tiña en gatos es una enfermedad infecciosa de la piel causada por hongos conocidos como dermatofitos. Se la identifica también como dermatofitosis o micosis superficial.

Afecta principalmente animales jóvenes menores de un año y de cualquier raza. Puede presentarse también en el gato adulto cuando su sistema inmune se encuentra comprometido por otras causas.

Las lesiones por tiña en gatos pueden tener diferente aspecto y localización, confundiendo su diagnóstico con otras entidades.

Describiremos su comportamiento y algunas consideraciones importantes para el control de la enfermedad por tiña en gatos.

Agentes causales de tiña en gatos

Entre los agentes infecciosos más comúnmente asociados a tiña en gatos y otros mamíferos, se encuentran: Microsporum canis, M. gypseum y Trichphyton mentagrophytes.

Microsporum canis es el organismo que se aísla con mayor frecuencia en las lesiones por tiña en gatos. Es un agente patógeno de distribución mundial, que desarrolla en la superficie cutánea de gatos, perros y otras especies domésticas, además del hombre.

Crece rápidamente bajo condiciones de temperatura y humedad adecuadas, y puede sobrevivir en el ambiente durante años en forma de esporas.

Los gatos y los perros se consideran sus principales reservorios.

La transmisión ocurre en forma directa por el contacto de las lesiones (contagio) en los animales entre sí, y entre estos y el hombre (zoonosis). También puede contraerse indirectamente al rozar superficies ambientales (suelo, bandejas sanitarias, mantas, cepillos) contaminadas por las escamas y pelos que albergan las formas infectantes.

Presentaciones clínicas

M. canis es un hongo filamentoso con afinidad por la superficie queratinizada (estrato córneo) de la piel, así como uñas y pelos.

La presencia del hongo en la piel del animal o el ambiente no lleva necesariamente a la aparición de dermatofitosis o tiña en gatos. El estado inmunológico del gato y su capacidad de respuesta para defenderse del microorganismo son factores clave en el desarrollo de la enfermedad.

Existen animales que llevan el agente en su cuerpo sin desarrollar lesiones de ningún tipo o solo algunas pero poco notorias. Estos animales son considerados portadores y representan una importante fuente de contagio para los individuos susceptibles.

Características de las lesiones

En los gatos afectados, la lesión característica corresponde a un parche sin pelo de forma ovalada o circular que puede descamar fácilmente. A su vez, puede contener costras y verse enrojecida (eritema). Los pelos de la periferia están frágiles y pueden desprenderse con una suave tracción.

Las zonas más comúnmente afectadas son la cara, orejas, espacio aurículopalpebral, miembros anteriores y dedos.

Generalmente las lesiones no causan prurito, pero en algunos casos puede haber una molestia leve.

Algunos animales desarrollan una forma crónica, en los cuales puede verse alopecia generalizada y aumento en la producción de sebo (seborrea).

Otras manifestaciones clínicas de tiña en gatos menos frecuentes pueden ser: dermatitis miliar, foliculitis del mentón, querión y pseudomicetoma.

La dermatitis miliar se presenta como pápulas costrosas, generalmente pruriginosas, distribuidas en cara, orejas y dedos. Las razas de pelo largo como persa o himalayo suelen estar más afectadas.

El querión es una lesión exudativa sin pelo en forma de nódulo, de contornos más o menos definidos.

Los pseudomicetomas son comunes en gatos persas. Se presentan como nódulos subcutáneos que exudan hacia la superficie, distribuidos en tronco y base de la cola. Son en realidad restos de pelos quebrados que albergan el hongo en su interior.

Camino diagnóstico

Las diferentes formas clínicas de tiña en gatos deben ser diferenciadas de otras entidades cuyas lesiones presentan un aspecto similar. El recorrido diagnóstico debe tener en cuenta principalmente las siguientes: sarna notoédrica, foliculitis bacteriana y demodeccia, así como pénfigo foliáceo, otras causas de dermatitis tipo miliar y alopecia psicogénica.

Existen muchas pruebas que nos permitirán arribar al diagnóstico definitivo:

Lámpara de Wood: se trata de una luz ultravioleta que evidencia los pelos afectados mediante fluorescencia amarillo verdosa. Es un método poco específico, ya que puede reaccionar de forma similar con residuos de medicamentos tópicos, por ejemplo jabones, o frente a otros géneros de hongos. A su vez, no todos los M. canis pueden dar fluorescencia por lo que resulta un método poco confiable.

Detodas maneras, es una herramienta útil como guía para la toma de muestra.

Observación directa: se observan directamente al microscopio los pelos y escamas tomados de la periferia de la lesión, tratados previamente con hidróxido de potasio más calor. El proceso digiere la queratina de los pelos, exponiendo así las formas infectantes (hifas y artrosporas).

Si bien es un método rápido, puede resultar poco preciso si no es realizado por personas entrenadas en dicha técnica.

Cultivo: es el método de elección para diagnóstico definitivo. La muestra debe ser tomada cuidadosamente evitando posibles contaminantes.

La lesión se trata previamente con alcohol, y el material de recolección y transporte debe estar estéril.

Se pueden extraer tanto pelos como escamas para su posterior cultivo en medio adecuado.

Biopsia de piel: es importante para el diagnóstico de lesiones tipo querión. Pueden verse los hongos a nivel de los folículos pilosos.

Opciones de tratamiento para la tiña en gatos

La elección del método dependerá de si se trata de una micosis localizada (lesiones locales) o generalizada.

En la forma localizada podrán utilizarse productos de aplicación externa (tópica), colocados sobre la lesión y hasta algunos centímetros en su periferia.

Los productos pueden estar en forma de cremas, ungüentos o emulsiones, conteniendo antimicóticos solos o combinados con antiinflamatorios y anestésicos locales.

Para la forma generalizada el tratamiento por tiña en gatos debe ser sistémico, utilizando antimicóticos que se administran por vía oral. Es conveniente acompañarlos con soluciones o champús específicos.

La duración del tratamiento por tiña en gatos dependerá de la forma clínica (local o generalizada), y deberá continuarse por dos semanas más tras la cura de las lesiones o de los resultados negativos de los cultivos.

Consideraciones finales

El tratamiento de la tiña en gatos puede tornarse prolongado y frustrante.

El hongo puede sobrevivir en el ambiente por un período superior a dos años, por lo que a la atención del animal deberá adicionarse la limpieza de las instalaciones con soluciones cloradas específicas.

Es importante tratar a todos los animales afectados dado su facilidad de contagio, sin olvidar que se trata de una zoonosis. Considerar por lo tanto la protección y limpieza de manos para la manipulación de los animales y desinfección del ambiente. El veterinario de elección es de suma importancia para erradicar la afección.

Por último, debemos recordar que la presencia de tiña en gatos adultos puede estar evidenciando enfermedades inmunosupresoras más complejas como VIF o VILEF.


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