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Peritonitis infecciosa felina (pif)

Peritonitis infecciosa felina, diagnóstico, tratamiento, síntomas

Etiología

La peritonitis infecciosa felina es una patología producida por un coronavirus felino. En el medio ambiente y bajo la luz solar resiste solamente unas horas. En la caja de deyecciones, desecado, es viable hasta las siete semanas. Además es bastante sensible a la mayoría de desinfectantes.

Epidemiología (contagio)

El virus de la peritonitis infecciosa felina afecta a gatos domésticos y felinos silvestres. La principal materia de contagio son las heces, pero también puede ser excretado en saliva y en orina.

Patogenia

Muchos gatos son portadores en el intestino de una variante del virus benigna, casi inofensiva, es lo que se conoce como leve enteritis, coronavirus entérico: FECV. Para que el virus se haga patógeno debe mutar (FIPV). Lo hace en un 5-10% de los casos. Se desconoce a ciencia cierta qué factores depende el que aparezca esta mutación.

El virus penetra por vía oral. La incubación es muy variable, desde a unos días a varios meses. Atraviesa la mucosa intestinal, y se multiplica en macrófagos y monocitos.

En el gato provoca una vasculitis, es decir, inflamación de los vasos sanguíneos por inmunocomplejos, enlace de un anticuerpo a un antígeno soluble.

Síntomas de la peritonitis infecciosa felina

Los principales síntomas que refleja el gato son anorexia, fiebre, vómitos, diarreas, deshidratación y anemia.

Existe una forma húmeda, que se caracteriza por derrames en abdomen (ascitis) y en tórax (pleuritis). A veces, también pueden aparecer lesiones en los ojos (uveítis) y en SNC (sistema nervioso central). También puede darse un proceso más lento, denominado forma seca (FIP no efusiva).

Diagnóstico

La peritonitis infecciosa felina se diagnostica por PCR, busca el ADN del coronavirus mutado.

La serología no permite diferenciar al virus benigno del patógeno, pero un título de Ac alto en LCR (líquido cefalorraquídeo) es muy evocador.

Tratamiento

Es imprescindible revisiones periódicas en los gatos por  parte del veterinario, valorar el suministro de vacunas y tratar a los gatos afectados con esta enfermedad.

Sintomático: protocolos con Interferón Omega Felino + Esteroides, podrían curar hasta a un 25%, aunque algunos estudios han revelado una escasa eficacia en cuanto a la aplicación del fármaco anterior. No es menos cierto que si el gato presenta un sistema inmune eficaz tiene más posibilidades de superar la infección.

Vacunas: En el mercado existe una vacuna intranasal atenuada. Puede suministrarse a partir de las 16 semanas de edad. Para producir inmunidad activa frente a la enfermedad, es necesario administrar 2 dosis con 3 semanas de intervalo. Se revacuna con una dosis anual. La eficacia no está demostrada.


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