Portada » Gatos » Gato doméstico » Mi gato estornuda ¿qué puedo hacer?

Mi gato estornuda ¿qué puedo hacer?

Mi gato estornuda

Si alguna vez te has preguntado “mi gato estornuda”, ten en cuenta que es un proceso similar al de los seres humanos, los gatos estornudan cuando algo les irrita la nariz. Los estornudos ocasionales son normales y no son razón para preocuparse, sin embargo, si se vuelven recurrentes es necesario averiguar qué está sucediendo.

¿Qué significa estornudo de gato?

El estornudo es una reacción del organismo para protegerse. Cuando algún estímulo llega a los receptores ubicados en las fosas nasales puede generar este reflejo que produce el organismo para expulsar las impurezas (polvo, polen, pelusas, etc.).

Es necesario tener en cuenta que los gatos poseen 60 millones de receptores, a diferencia de los seres humanos que tenemos entre 20 y 30 millones. En consecuencia son mucho más sensibles a diferentes tipos de estímulos. Los detonantes pueden ser olores fuertes. En estos casos son causas inofensivas que no deben ser motivo de alarma si su ocurrencia es eventual o poco frecuente.

¿Qué pasa si mi gato estornuda?

Muchas cosas pueden estar produciendo está reacción en tu mascota: el humo del cigarrillo, uso de aerosoles, las alergias alimentarias, bacterias, virus, etc. Si alguno de estos síntomas también se presentan (secreción nasal, problemas respiratorios, ojos enrojecidos, tos, fiebre, pérdida de peso e inactividad excesiva) junto a los estornudos frecuentes, podría tratarse de una enfermedad. En estos casos acudir al veterinario es lo más recomendable.

Estornudos en gatos, causas

Existen muchas infecciones virales que pueden afectar a los gatos, pero el calicivirus (gripe felina) y el herpes felino son los más frecuentes. Cuando ocurren suelen estar acompañadas de otros síntomas. Son contagiosas (entre felinos) y las gripes pueden terminar en una afección de más gravedad como neumonía.

La infección bacteriana es otra causa común y al igual que la viral puede afectar el tracto respiratorio. Es altamente contagiosa. La clamidia o bordetella son frecuentes y se contagian a través de los recipientes usados para beber o comer si se comparten con otros gatos.

Los estornudos pueden ser provocados por una rinitis. Esta inflamación en la mucosa nasal puede tener un tiempo variable de duración, pero puede volverse crónica si no se trata.

Las pelusas o algún otro elemento alojado en la nariz también pueden ser la razón de estornudos frecuentes, en este caso el gato probablemente sacudirá su cabeza tratando de deshacerse del elemento que le esté molestando.

Las alergias en los gatos, al igual que en los humanos, pueden ser causadas por ácaros, comidas, polen, etc. Si se tiene la sospecha que los estornudos son causados por alergias es necesario prestar atención a los desinfectantes, detergentes o aerosoles usados en el hogar, así como el tipo de arena que usa e incluso el alimento. Cualquier alérgeno puede ser causante de irritaciones en la nariz.

La gripe felina presenta síntomas fácilmente identificables como secreciones oculares y suelen afectar a los gatos bebés o adultos con defensas bajas. Si el gato además presenta tos, temperatura, secreciones o pierde peso puede tratarse de una infección, lo cual es muy común cuando acaban de nacer o están aún muy pequeños.

En cualquier caso, si el gato estornuda, es importante que un veterinario haga el diagnóstico e indique el tratamiento adecuado a seguir.

Mi gato estornuda y su prevención

Lamentablemente, si tu gato estornuda no existen métodos eficaces de prevención para la mayor parte de las enfermedades que causan este síntoma. La única excepción es la vacuna contra la gripe felina que, aunque no evita que el gato pueda enfermar, puede aminorar la gravedad y en determinados casos evitar algunos síntomas. Lo bueno es que generalmente los estornudos no deben ser motivo de preocupación cuando ocurren de manera eventual.

Algunas medidas que sí podemos tomar para preservar su salud y reducir posibilidades de resfriado son, por ejemplo, el chequeo periódico y preventivo con el veterinario, el control con las vacunas correspondientes y una buena alimentación para que su sistema inmunológico y su salud en general estén reforzados.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *