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¿Bebés y gatos? Amigos… pero con cuidado

Bebés y gatos, adaptación, convivencia y enfermedades
© Paradais Sphynx: bebés y gatos

El prodigio de una nueva vida y con ella la llegada de un bebé a la familia implica cambios importantes para los padres y para toda la familia, todo ello repercute en la dinámica del hogar y aunque llena de alegría también es necesario prepararse y más aún si tienes un gato, por esa razón nuestro artículo de hoy trata de temas interesantes relacionados con los bebés y gatos.

Territorio y estabilidad fundamentales para un gato

En artículos anteriores hemos enfatizado en los hábitos y la rutina de los gatos y de cómo son capaces de detectar y reaccionar ante los más mínimos cambios que se produzcan en el hogar, entre ellos la llegada de un nuevo miembro a la familia.

El gato puede estresarse y manifestar otras alteraciones en el comportamiento porque ve amenazada su estabilidad y su espacio tanto emocional como físico. Lo manifiesta de diferentes formas de acuerdo al temperamento del gato, en algunos casos dormirá más y se esconderá, pero en otras estará inquieto y agresivo, por lo que es importante tener presente ciertas cuestiones que atañen a los bebés y gatos.

Posibles riesgos para el bebé si va a convivir con un gato

Para el recién nacido la presencia de un gato en su hogar lleva aparejado algunos riesgos, entre los fundamentales, se encuentran:

Toxoplasmosis

Esta enfermedad es producida por un protozoo: Toxoplasma gondii. Las principales vías para la adquisición del mismo es a través de carnes crudas, frutas y verduras, tierra contaminada y por las manos portadoras del mismo.

El gato es portador definitivo de este microorganismo aunque no presente síntomas y lo excreta por sus heces. Aunque como ya manifestamos es poco frecuente en gatos domésticos que no salgan a exteriores.

Alergias a los gatos

Este tema es muy actual y por su importancia fue abordado detenidamente en un post anterior. Los resultados de las investigaciones desarrolladas en los últimos años señalan que la presencia de gatos desde las etapas más tempranas de vida del niño contribuye a una menor presentación de problemas alérgicos y respiratorios.

En contraposición hay evidencias que la saliva del gato es portadora de 18 sustancias antigénicas que pueden activar las alergias y más aún cuando hay una base alérgica hereditaria.

Rasguños y mordeduras

Los afilados y largos dientes, así como sus uñas pueden provocar mordeduras y rasguños peligrosos para todos, pero en particular para los pequeños, por su delicada piel y el desconocimiento del peligro al tratar al gato como un juguete.

Por otra parte también pueden ser potencialmente vías de transmisión de bacterias y parásitos, dando origen a infecciones locales y respuestas inflamatorias.

¿Cómo atenuar los riesgos de la convivencia bebés y gatos?

Todo comienza antes de la llegada del bebé al hogar…

Los gatos hacen un uso constante de su sentido del oído y del olfato, toda su vida está condicionada y dirigida por estos estímulos. La preparación para la llegada del bebé debe comenzar durante el embarazo de la mamá.

  • Los padres deberán definir la estrategia y la rutina que se llevará en la atención al gato con la llegada del bebé. Comenzar a aplicarla con meses de antelación al parto.
  • Si tu decisión es que el gato restringa su permanencia en lugares que antes eran habituales, debes entrenarlo desde antes premiando la obediencia mediante la recompensa en el momento.
  • Debes ir adaptando el oído del gato al llanto del bebé, para ello puedes emplear grabaciones con tonos suaves que después puedes ir aumentando.
  • El olfato del gato debes entrenarlo acercando los olores de jabones, colonias y otros productos que emplearás en el cuidado del bebé.
  • Es conveniente habilitarle varios espacios que le sirvan para el descanso, preferentemente elevados, oscuros y con cojines.
  • Los objetos del bebé deben ser introducidos paulatinamente e irlos ubicando en lugares que sean habituales para el gato.
  • Las feromonas le sirven al gato para marcar su territorio, una de las vías para atenuar el efecto de los artículos asociados con el cuidado del bebé, es el empleo de los preparados comerciales de feromonas tanto en forma de espray como de difusor. Es seguro y no causa ningún efecto dañino ni sobre los objetos, ni sobre las personas.

Una vez nacido el bebé…

  • Al llegar el recién nacido a la casa debe estar disponible para atender al gato la persona más afectiva y reconocida por el gato.
  • El primer encuentro entre  bebés y  gatos debe ser natural, y siempre supervisado por un adulto. La adaptación debe ser progresiva y acompañada de estímulos positivos.
  • Respetar la rutina de atención al gato una vez que el recién nacido ya esté en casa.
  • Cuando el bebé aún está en el hospital puedes ir llevándole mantas, pañales y otros objetos que le permita identificarlo como un integrante del hogar.
  • Mantener observación sobre los indicios de reacción alérgica o respiratoria del bebé y en consultar al pediatra al menor síntoma.
  • Las uñas del gato deben permanecer cortas para evitar arañazos.
  • Observar el comportamiento del gato y si evidencia síntomas de estrés mantenerlo alejado del bebé.
  • Extremo cuidado al limpiar la bandeja de arena, use guantes y no permita que el bebé cuando comience a gatear entre en contacto con esa área.
  • Cuidar las medidas de higiene en el hogar.

El bebé y gato pueden ser muy buenos amigos, pero con la necesaria preparación, paciencia, prudencia y cuidado.


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